La Psicología Prenatal y Perinatal es una disciplina que abarca la prevención, el diagnóstico y la intervención psicológica en mujeres y familias.

Cuidar el estado emocional y psicológico de una mujer embarazada es tan importante para su salud y la del futuro bebé como atender su estado físico. La mujer vive profundos cambios en el embarazo. Los físicos son los más notorios, pero no son los únicos importantes. Adaptarse psicológicamente al embarazo lleva su tiempo y cada trimestre tiene sus características en este aspecto.

Estos son algunos consejos para afrontar las distintas etapas de este acontecimiento vital:

 

  • Etapa preconcepcional: Es necesario preparar la mente y el cuerpo para la maternidad o paternidad. Entre los aspectos mentales, es fundamental que la decisión de tener un hijo haya sido consensuada y planificada en pareja y que ambos se sientan cómodos con la idea de ser padres. Lo aconsejable es realizar actividades de relajación, controlar los pensamientos negativos y las emociones negativas y evitar conductas compulsivas como consultar en internet temas de embarazo o comprar productos milagro para quedarse embarazada.

 

  • Etapa gestacional: Durante el primer trimestre las gestantes suelen preocuparse por cuestiones como el aborto espontáneo y la salud del feto. Se presentan sentimientos contradictorios y ambivalentes: por una parte una fuerte emoción positiva hacia el deseo del hijo y por otra una gran preocupación por el estado de salud propio y del futuro bebé. Lo importante es darse tiempo para adaptarse y afrontar positivamente la nueva situación y contar con el apoyo de la pareja y la familia además de seguir las prescripciones médicas. Durante el tercer trimestre suele ser predominante el miedo al parto y al afrontamiento de la futura maternidad y crianza del bebé. Una adecuada preparación para este momento a nivel físico y mental es fundamental.

 

  • Etapa postnatal:  las madres suelen padecer malestar la transición hacia su rol maternal. En esta etapa hay riesgo de padecer síntomas ansiosos y depresivos si no se dispone de recursos de afrontamiento y sentimientos de autoeficacia para gestionar la nueva situación de maternidad. Si los problemas emocionales o conductuales se complican sería necesario contar con la ayuda de un psicólogo perinatal durante el proceso de postparto.

 

Durante todo el embarazo se dan diferentes estados emocionales, tales como:

Euforia y tristeza. Tener un hijo es lo que estabas buscando y sientes que estás en una nube, incluso algo excitada, pero cuando tienes que lidiar sola con el malestar físico, el mundo se derrumba a tus pies.

De la risa al llanto. Es inútil que te preguntes por qué te ha entrado la risa floja o por qué estás llorando, ni tú misma lo sabes. Los altibajos hormonales que sufren tus neurotransmisores son los responsables y no hace falta que lo pienses mucho.

Miedo y ansiedad. Seguro que tienes una lista de preguntas interminables sin contestar en relación a tus síntomas, al parto y a la lactancia. El miedo a lo desconocido y la ansiedad que genera no saber si todo va a salir bien o no es normal en todo este proceso.

Despistes y olvidos. No saber dónde tenemos la cabeza porque se nos olvida el lugar donde hemos puesto las llaves o el coche es habitual. Un consejo: tómatelo con buen humor y no le des mucha importancia.

 

 

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