Las habilidades de comunicación y de resolución de conflictos son determinantes para el buen funcionamiento de una relación de pareja. En muchas ocasiones necesitamos que el otro miembro de la pareja realice un cambio en su comportamiento, pero la inhabilidad para manejar estos problemas de un modo efectivo dificulta estos cambios, recurriendo frecuentemente a las críticas, las amenazas, los chantajes, las regañinas… lo que crea insatisfacción, interacciones tensas y evitación mutua.

A continuación aparecen algunos de los errores más frecuentes cometidos en la comunicación de una pareja:

  • Alejamiento temporal. Cuando uno de los dos miembros de la pareja hace excesiva referencia al pasado o al futuro hipotético.
  • Expresión desconectada. Cuando uno de los cónyuges habla sobre un asunto que no es el motivo de la discusión actual.
  • Hablar en exceso. Cuando uno hablar considerablemente más que el otro, sin dar pie a que el otro pueda replicar.
  • Interrupción. Cuando uno de ellos interviene mientras que el otro está hablando.
  • Rizar el rizo. Esforzarse en explicar, clarificar o discutir un detalle irrelevante, tangencial o sin importancia.
  • Pedantería. Utilizar palabras complicadas, difíciles o raras, en lugar de palabras sencillas o más conocidas que resultarían más adecuadas.
  • Afirmaciones radicales. Hacer afirmaciones de modo categórico o dicotómico “todo o nada”, “siempre o nunca”, “todos o nadie”…
  • Excesiva generalización. Cuando se refiere a hechos que suceden de vez en cuando como si sucediesen siempre.
  • Evitar hablar de un tema. Cuando uno de los dos elude abierta y claramente hablar sobre un asunto.
  • Cambiar el contenido de un tema. Introducir un contenido nuevo o diferente del propuesto por la otra persona.
  • Insistencia en un tema. Hablar excesivamente sobre un asunto propuesto.
  • Falta de especificidad. Cuando uno de los dos habla de forma inconcreta e inespecífica, tendiendo a realizar un discurso abstracto y general.
  • Discurso excesivamente emocional. Exceso de conducta emocional durante el habla (intensa entonación, gritos…)
  • Déficit en reconocer la razón de la otra parte. Cuando no admite ni da crédito a las afirmaciones correctas del otro, ni reconoce su punto de vista.
  • Contraqueja. Responder a la queja del otro con una queja sobre él.
  • Respuesta cortante. Responder de malos modos al intento del otro de iniciar una conversación sobre un asunto que no gusta.
  • Déficit de opinión. No expresar la propia opinión o las preferencias de uno cuando eso es lo que se pide.
  • Exceso de habla negativa. Expresar con demasiada frecuencia opiniones negativas de los demás, de sucesos o de otros aspectos de su situación o circunstancia.
  • Negar responsabilidades. Negarse a reconocer la parte de responsabilidad que a cada uno le corresponde en un conflicto.
  • Interpretación incorrecta de los mensajes del otro. Cuando uno de ellos interpreta mal los mensajes del otro.
  • Adivinación del pensamiento. Suponer que uno sabe lo que la otra persona está sintiendo o pensando.

 

La comunicación es un componente esencial no sólo en la negociación para el cambio de conducta, sino también para la salud general de la pareja. Aprendiendo habilidades de comunicación más efectivas mejora considerablemente el funcionamiento y bienestar entre la pareja, y por tanto el bienestar personal de cada uno de ellos.

 

 

Referencia bibliográfica:

Costa, M. y Serrat-Valera, C. (2015). Terapias de parejas. Alianza editorial. Madrid.

 

 

Publicaciones Relacionadas