La imaginación es uno de los grandes tesoros de la infancia. Promover el desarrollo de la creatividad de los niños es esencial para ellos, ya que esta capacidad tan significativa que relacionamos con niños les ayuda a expresarse por sí mismos, a desarrollar su pensamiento abstracto y, también, será primordial a la hora de resolver problemas y de relacionarse mejor con los demás a lo largo de toda su vida.

¿Y qué cosas podemos hacer como padres para desarrollarla? ¿Cómo podemos contribuir a que sean personas más creativas? Podemos potenciar la creatividad de nuestros hijos de la siguiente manera:

 

  1. Dejarles el espacio para que jueguen, para que canten, para que simulen situaciones, para que inventen canciones, para que sean ellos mismos sin límites de ningún tipo… reservando un espacio para ello.
  1. Darles tiempo para que jueguen. A veces organizamos tanto su día y les llenamos de tantas actividades que apenas tienen tiempo para jugar libremente, para desarrollar sus propios juegos.
  1. No reírse ni burlarse nunca de sus ideas y escucharlas con atención. Ya sean dibujos, canciones, historias, forma de bailar o de cantar…aunque nos puedan resultar absurdas o graciosas es importante que el niño/a perciba que lo que él ha hecho tiene un valor y que nosotros así lo percibimos.
  1. No dirigir sus juegos. Dejar que sean ellos los que los dirijan, los que decidan qué hacer y cómo hacerlo. No interrumpirles cuando están jugando o cuando nos están contando alguna historia, bailando o cantando una canción. Sólo intervenir cuando nos piden ayuda y en ese caso guiarles para que ellos vayan tomando las riendas.
  1. Facilitarles también ideas y materiales para que lleven a cabo actividades diversas. No se trata de comprar cantidad de cosas, hay muchas actividades que podemos hacer con cosas que tenemos en casa: reutilizar envases, cajas de cartón, rollos de papel higiénico, etc. Estaría bien disponer por casa de pinturas, plastilina, cuentos, música, cosas para disfrazarse…
  1. Ayudarles a desarrollar el pensamiento crítico. A cuestionarse las cosas, hasta las más obvias. Dejarles preguntar y buscar juntos respuestas a sus preguntas para que sean ellos mismos lo que encuentren las soluciones.
  1. Invitarlos a que piensen ideas disparatadas. Diferentes ideas a las acostumbradas. Hablemos de cosas descabelladas, puesto que sólo los más locos son capaces de innovar.
  1. Plantearles retos y metas alcanzables pero también lo suficientemente difíciles para que sientan placer y la recompensa del trabajo y el esfuerzo hecho. Cuando un niño está motivado y se lo está pasando bien es cuando más se esforzará y cuando conseguirá superarse a sí mismo. Esto ayudará a su desarrollo.
  1. Proporciónale nuevas experiencias. Mediante excursiones y el contacto con la naturaleza.
  1. Limitar el tiempo del pc, tablet, videojuegos y televisión que promueven una actitud pasiva. Estos recursos en exceso no ayudan a estimular la imaginación y la exploración.

 

Es importante empezar cuanto antes, porque en los primeros momentos, meses y años de vida, cada contacto, cada movimiento y cada emoción supone una inmensa actividad eléctrica y química en el cerebro, ya que miles de millones de neuronas se están organizando en redes que establecen entre ellas billones de sinapsis. Por ello, es durante la etapa de educación infantil cuando se producen más cambios en los niños en todas las áreas: física, motora, cognitiva, lingüística, afectiva y social. Y, por todo esto, es recomendable empezar cuanto antes a potenciar la creatividad de nuestros hijos.

 

Lo más importante es jugar y pasar tiempo de calidad con tu hijo/a. Ponte a su altura, jugad juntos, imaginad, dejaros llevar, improvisad y dejad salir vuestras emociones…

 

 

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