En las fechas navideñas, es frecuente encontrarnos con un estado de ánimo melancólico, que en personas con mayor predisposición, podría desencadenar la sintomatología propia de un episodio depresivo.

La Navidad es una época del año en la que recordamos a nuestros seres más queridos, con los que nos es imposible compartir estas fechas, o porque han fallecido o porque se encuentran lejos en la distancia. Además, nos vemos obligados a manifestar paz y amor, que muchas veces se oponen a nuestros sentimientos y al tipo de relación que durante el año mantenemos con algunas personas. Estos sentimientos contradictorios y la nostalgia que sentimos hacen que afloren los síntomas de la depresión, experimentando sentimientos de tristeza y melancolía asociada a una visión negativa de la realidad.

Los síntomas del estado de ánimo depresivo en Navidad se centran básicamente en la visión negativa y monotemática de los acontecimientos negativos; como si tuviéramos una lupa que nos hace ver lo negativo más grande y lo positivo más pequeño, por ejemplo:

  • Pensamos más en los seres queridos que ya no están entre nosotros, sin prestar la atención suficiente a las personas con las que sí tenemos la oportunidad de compartir estas fechas. Esta visión sesgada, nos hace sentir sentimientos de nostalgia, soledad y añoranza.
  • Recordamos más los acontecimientos pasados negativos haciéndonos ver lo desdichados que somos.
  • Hacemos un análisis sesgado de cómo nos ha ido el año, recordando las cosas negativas que nos han pasado, y los fracasos obtenidos, dejando a un lado los logros conseguidos y las cosas buenas que hemos vivido.
  • Nos fijamos más en los acontecimientos negativos que ocurren, convenciéndonos a nosotros mismos que es normal que nos sintamos así.
  • Nos comparamos con otras familias percibiendo sólo los aspectos positivos: “ellos pueden juntarse todos”, “ellos pueden hacer mejores regalos”, “las cenas o las fiestas que preparan son mejores que las nuestras”…

 

¿Cómo prevenir la depresión en estas épocas?

  • Disfruta cada día. No te obsesiones con ser feliz, el hecho de encontrarte bien contigo mismo es suficiente.
  • No te compares con los demás. No pienses en que todo el mundo es feliz y no tiene problemas.
  • Tampoco compares estas fiestas con las de años anteriores, concéntrate en el presente y en el futuro, y en los propósitos para el año próximo.
  • Intenta disfrutar de los recuerdos en lugar de atormentarte con ellos. Rememora todo lo agradable de los seres queridos que se han ido pero permanecen vivos en tus sentimientos.
  • No esperes la entrada del Año Nuevo para ser feliz, simplemente recibe estas fechas sin esperar grandes acontecimientos, vívelas como unas fiestas más.
  • Procura valorar las cosas positivas que tienes, las cosas que tanto esfuerzo te ha costado tener, sin centrarte en aquello que te falta.
  • Expresa tus sentimientos, acompaña y convive con tus seres queridos, disfruta de su compañía.
  • Busca actividades placenteras para hacer durante estas fechas.
  • Evita estresarte, y agobiarte mentalmente con las compras, la comida, los regalos, las visitas, etc. Establece prioridades y delega responsabilidades.
  • Y sobre todo, disfruta de los seres queridos con los que sí tienes la suerte de compartir estas fechas, apóyate en ellos, seguramente agradecerán tu compañía.

 

Puede que para algunas personas la Navidad no sea la mejor época del año, pero existen formas para no sentirnos decaídos. Hay años mejores que otros, así que tenemos que seguir hacia adelante, y aunque sientas que no tienes ganas por ti mismo, hazlo por los que te rodean, demuéstrate y demuéstrales que eres lo suficientemente fuerte y valora las cosas buenas que sí tienes.

 

Fuente: www.psyciencia.com

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