Es común que los niños y niñas actúen por impulsos, mostrando dificultades para controlar los mismos, sin reflexionar y sin comprender las posibles consecuencias de sus actos.

La conducta impulsiva entra dentro del repertorio habitual de comportamiento  de los niños y niñas pequeños, es característico de los 2 a los 5 años de edad. En esta edad están en una etapa de desarrollo que presenta varias características que explican por qué actúan por impulsos:

  • En primer lugar están adquiriendo la noción del tiempo, viven el aquí y el ahora; esto hace que no conciban esperar y sean impacientes.
  • Por otro lado están ensayando conductas y formas de actuar, experimentando determinados actos sin reflexionar, su aprendizaje se basa en el ensayo error.
  • Y finalmente, el egocentrismo de su pensamiento, les lleva a esperar que el otro cumpla todas sus expectativas y deseos, si se les limita o contraria sienten una frustración insoportable que amenaza su autoestima y les hace actuar con impulsos.

Estas características se deben ir modificando en torno a  los 6-7 años de edad, cuando el niño entra en una nueva etapa de desarrollo y va adquiriendo habilidades como el autocontrol. El autocontrol es la capacidad que tienen los niños y adultos para autodirigirse de forma voluntaria y adaptativa en función de las características y necesidades del contexto. Permite al niño expresarse, actuar y rectificar en la forma en que más le convenga en función de sus necesidades.

Es fundamental seguir unas pautas claves y emplear determinadas técnicas que puedan ayudar al niño/a a aprender cómo controlar sus impulsos y así desarrollar su capacidad de autocontrol.

  • Entrena en auto instrucciones al niño/a. Las auto instrucciones consisten en un dialogo con uno mismo, donde el niño/a se irá dando instrucciones a si mismo de cómo actuar. Puedes dar un guión al pequeño y mostrarle cómo se hace. “Me voy a calmar, primero respiro, luego pienso, no hago nada….”
  • Emplea el modelado de conducta. El modelado consiste en hacer nosotros de modelo de conducta, para ello podemos ejemplificar situaciones y hacer nosotros de modelo de cómo se debe actuar en esas situaciones determinadas.
  • Monitoreo o guía de respuesta. En este caso, nosotros le daremos las instrucciones al pequeño y como un monitor le iremos guiando en su actuación, hasta que poco a poco pueda hacerlo por sí mismo y conseguir una mayor autonomía.
  • Técnicas de autocontrol. Existen diferentes técnicas de autocontrol que puedes mostrar al pequeño, le ayudaran a relajarse y controlarse.
  • Estrategias de solución de problemas es importante mostrar al niño/a estrategias para solucionar los problemas desde la reflexión y la calma, ya que de esta forma se llega a una solución constructiva del problema.
  • Establece normas claras y concisas. Es importante que el pequeño conozca las normas y sea consciente de las consecuencias de sus actos.
  • Establece límites. El niño/a debe saber lo que puede y no puede hacer, de esta forma sabrá que conductas puede llevar a cabo y cuáles no.
  • No cedas ante las rabietas. Ante una rabieta, el niño/a reaccionará de forma impulsiva, no debemos reforzar este tipo de conducta, ya que si lo hacemos el pequeño aprenderá el mensaje de que así consigue lo que quiere.
  • Refuerza sus logros. Cuando el pequeño consiga dominarse y controlar sus impulsos es fundamental que le muestres que te has dado cuenta y que lo valoras.
  • Supervísale. Recuérdale como debe actuar, y las técnicas que habéis practicado.

 

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