La mayoría de las personas presentamos un deseo o necesidad de prosperar, transcender, aportar, de lograr metas y objetivos. Y una de las actividades que en muchas ocasiones mejor demuestra la satisfacción con los logros conseguidos a través del esfuerzo es el trabajo. A parte de la satisfacción y realización personal, que pueda aportar un trabajo, la principal meta a alcanzar es la supervivencia, y ya no esta si no el conseguir vivir cómodamente. Podemos distinguir entonces el trabajo como un medio para sobrevivir, para lograr más comodidad en la vida o para buscar la realización personal.

La situación actual que estamos viviendo ofrece un panorama desolador para el empleo. Tanto las condiciones laborales que no facilitan la plena ejecución de la actividad como la destrucción de empleos directa e indirectamente, pueden acarrear graves problemas a los afectados.

A parte del aspecto económico, pueden aparecer problemas psicológicos.  Cualquier cambio importante en la vida de una persona puede favorecer la aparición de algún tipo de estos problemas. Por otra parte, las dificultades laborales pueden afectar al resto de áreas de la vida de la persona pudiendo propiciar diversas complicaciones.

Se puede presentar malestar intenso, estado de ánimo bajo, sentimientos de indefensión, vacío, miedo, insomnio, falta de apetito, ansiedad, irascibilidad, falta de concentración, pérdida de ganas de hacer actividades, no disfrutar las cosas como antes, preocupaciones, entre otros síntomas.

Los síntomas psicopatológicos, el malestar, pueden aparecer y desaparecer cuando cambia, empeora o mejora, la situación laboral. Sin embargo, esta en muchas ocasiones no depende directamente de nosotros. A lo largo de la vida hay aspectos en los que tenemos el control, otros en los que no, y otros que tenemos un control parcial. El empleo podríamos enmarcarlo en estos últimos. En primer lugar, podemos ver en qué medida tenemos la capacidad de influir en la situación y qué podemos hacer para mejorarla (formarse, emprender, ver distintas alternativas de empleo, buscar activamente, promocionarse, etc.). Por otra parte, a pesar de nuestros esfuerzos y hacer todo lo que está en nuestra mano, podemos no lograr una recompensa, puesto que como hemos dicho hay una parte en la que no tenemos el control. Aún así, podemos enfocarnos en áreas qué si tenemos la capacidad de influir, como por ejemplo en cómo nos sentimos.

No obstante, aunque encontremos el trabajo deseado, los síntomas psicopatológicos pueden persistir en el tiempo. Por ello, independientemente de la situación laboral, si se presenta malestar, hay algún tipo de interferencia en la vida, aparecen algunos de los síntomas que hemos nombrado, se prolonga en el tiempo y la persona no sabe cómo solucionar, es completamente recomendable buscar ayuda profesional. Mediante la terapia psicológica, se trabaja sobre los pensamientos, las emociones y las conductas con el fin de que la persona disminuya su malestar, aumente su bienestar y pueda llevar una vida plenamente funcional.

 

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