Los psicólogos somos profesionales especializados en el comportamiento y pensamiento humano. Enseñamos a las personas que están pasando por un momento difícil en su vida una serie de habilidades, de técnicas, y de estrategias psicológicas para conseguir que puedan enfrentarse a los problemas hasta superarlos.

Puede que las personas se sientan indecisas sobre si deben o no buscar ayuda psicológica. Mucha gente continúa creyendo que al psicólogo van los “locos”, los que están muy mal y los que son incapaces de “salir del paso”. No hace falta “estar muy mal” para ir a un psicólogo, ya que nuestro trabajo es mejorar la calidad de vida de las personas.

Las personas que acuden al psicólogo lo hacen en muchos casos para orientación y consejo. Generalmente cuando una persona siente que hay algo que afecta el funcionamiento de su vida social, laboral o emocional busca esta ayuda.

Acudir a terapia no consiste en asistir a las sesiones, hablar, y escuchar la opinión o consejo de los psicólogos, sino que se aprenden habilidades muy concretas y específicas para cada caso, que se deben practicar entre sesión y sesión, para conseguir solucionar sus problemas por sí mismos. El paciente ha de saber que la intervención tiene un inicio y un fin, donde nos proponemos unos objetivos y la participación activa por su parte va a ser primordial.

Frecuentemente nos encontramos con la duda de si es posible cambiar o no. La respuesta es sí. Aunque la personalidad va a seguir siendo la misma y por tanto el paciente “seguirá siendo él mismo”, sí se pueden cambiar creencias, conductas, reacciones fisiológicas, pensamientos y sentimientos. El objetivo que perseguimos en terapia es cambiar únicamente aquellos aspectos que nos perturban o interfieren en nuestro día a día.

El psicólogo posee herramientas específicas de evaluación, diagnóstico y tratamiento para ayudar a resolver estos problemas.

En la práctica de la psicología existen diferentes orientaciones, ya que se puede ofrecer evaluación y tratamiento psicológico desde el enfoque cognitivo-conductual, gestáltico, psicodinámico, entre otros. Las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica (como la del National Institute for Health and Clinical Excellence -NICE-), recomiendan la terapia cognitivo-conductual como el tratamiento de primera elección para la mayoría de trastornos de ansiedad y de muchos otros problemas psicológicos.

Es importante reconocer cuando nosotros o alguien de nuestra familia necesita ayuda. Los psicólogos están para mejorar nuestra calidad de vida. Si podemos alcanzar objetivos que nos hagan vivir más felices, ¿por qué quedarnos como estamos? Recuerda que todo camino empieza con el primer paso.

 

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