Se acaba el curso escolar y con ello empiezan las vacaciones de verano. El curso ha sido largo y en la mayoría de los casos, lleno de obstáculos y dificultades que han supuesto una gran cantidad de esfuerzo y desgaste, tanto para los niños como para las familias. Por ello, este periodo de descanso es muy necesario para todos los miembros de la familia. El objetivo es desconectar, cargar las pilas para el próximo curso escolar y rehacer y fortalecer lazos familiares que se hayan podido resentir por la presión académica. Pero debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para enfocar y manejar este tramo de una forma más óptima, puesto que el cambio de rutinas y hábitos en los niños y adolescentes tienden a generar momentos de confusión.

 

  1. Mantén las rutinas. Los niños con TDAH presentan una mayor dificultad para automatizar determinadas conductas. Esto ocurre porque carecen o presentan un retraso a la hora de adquirir un lenguaje interno que les guíe en la realización de tareas que requieren llevar a cabo una secuencia de pasos. Para fomentar esta motorización de los comportamientos utilizamos las autoinstrucciones y la implantación de unos hábitos y rutinasLos hábitos y las rutinas ayudan al niño a estructurar su tiempo y a instaurar conductas. Con la repetición continua de unos procedimientos se produce la automatización de los mismos, lo que conlleva un menor desgaste mental y les permite rendir mejor. Cuando las tareas se repiten en la misma secuencia cada día, el niño aprende y entiende dicha cadena de etapas y anticipa qué actividad viene después, lo que permite que se prepare para ello. Durante el periodo de vacaciones los horarios se vuelven más flexibles y para los padres es más costoso mantener las rutinas, lo que genera en el niño confusión y puede desembocar en que se muestre más inquieto y descontrolado. De esta manera, por ejemplo, si durante el curso hemos conseguido que alcance la costumbre de antes de comer lavarse las manos y después de comer acude a lavarse los dientes debemos promover y reforzar a que se mantengan.

 

  1. Estructura su tiempo y anticipa las situaciones. Al igual que con las rutinas, un entorno estructurado en el que se anticipen las actividades, viajes, obligaciones, etc. permiten al niño con TDAH conocer de antemano qué es lo que se espera de él y responder de una manera más funcional y adecuada. Esto no quiere decir que nos tengamos que mantener tan estrictos como durante el periodo escolar. Una buena estrategia puede ser tener un calendario en algún sitio visible donde estén anotadas las fechas más reseñables para el niño o que impliquen un cambio en su rutina. Irle haciendo comentarios recordatorios los días previos sobre ese acontecimiento hasta el día mencionado les ayuda a manejarlo y a preverlo.

 

  1. Mantén pautas conductuales comunes. Es evidente que el periodo de vacaciones debemos mantener un ambiente más distendido, eliminando la presión que en muchas ocasiones exige el curso académico. Pero en algunas ocasiones esto puede conllevar que el niño crea (fruto de su pensamiento inmaduro) que ya no existen unas mínimas normas de conductas, o que aquellos comportamientos que consideramos inapropiados dejan de serlo durante este tramo. Debemos mantener unas pautas educativas comunes para no desconcertar a nuestros hijos.

 

  1. Utiliza el juego para aprender. El verano es para pasarlo bien y para que los niños se sientan liberados de la presión del colegio. Es un tiempo para disfrutar pero también para organizar actividades que ayuden a los niños con TDAH a aprender a controlar su movimiento, su atención sostenida y selectiva, la memoria, la psicomotricidad, el respeto de las normas y turnos… de una forma más lúdica. Por ejemplo, supongamos que nuestro hijo tiene dificultades lectoescritoras. En verano podemos aprovechar para, si le gusta la cocina y echar una mano a sus padres, imprimir una receta y que sea el niño que vaya leyendo e indicando los pasos a seguir mientras los demás le siguen. Además de esta manera también le estaremos enseñando a continuar unos pasos y “reglas” para que el plato salga bien.

 

  1. Incide en su autoestima. El refuerzo positivo y la consecución de logros es totalmente necesario en los niños con TDAH para impulsar su autoestima. Por todo ello, si pueden realizar una actividad que les guste, continuar con algún deporte que practiquen durante el año o descubrir alguna nueva actividad en la que puedan destacar, les resultará beneficioso puesto que estaremos mejorando su propio autoconcepto.

 

 

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