¿Qué es la resiliencia? En Física, la resiliencia es la capacidad de un material de volver a su forma después de haber ejercido una fuerza sobre él. En Psicología, originalmente ha sido definida como la capacidad de afrontar y adaptarse a las adversidades, las amenazas y el estrés. Sin embargo, la definición ha evolucionado y en la actualidad se le añade la habilidad de salir fortalecido ante dichas situaciones. La Dra. Rafaela Santos la define como “la resistencia frente a la adversidad junto a la capacidad para reconstruirse saliendo fortalecido del conflicto. La capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite, sobreponerse y salir fortalecido a nivel individual”.

Es decir, la resiliencia es la capacidad de los seres humanos para afrontar situaciones adversas y eventos traumáticos, y además salir fortalecido de ellas. Implica adaptarse a nuevas circunstancias y necesidades, y además aprovechar estas para desarrollar al máximo el propio potencial. Por otra parte, ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades, angustia o dolor. El dolor, tanto físico como psicológico, es inevitable para el ser humano. Si no tuviéramos la capacidad de sentir dolor o padecer, tampoco tendríamos la capacidad de experimentar placer o disfrutar. Son dos caras de una misma moneda. Por lo tanto, ya que no podemos evitar el dolor, lo que importa es qué hacemos con este, si nos sobreponemos y salimos fortalecidos o nos dejamos vencer. Por lo tanto, ser resiliente implica sentir dolor y angustia, pero adaptarse y sobreponerse a esa situación creciendo personalmente.

La resiliencia incluye conductas y pensamientos que pueden ser aprendidos y desarrollados por cualquier persona.

¿Cómo entrenar para ser más resiliente?

  • Establecer y fomentar relaciones. Es importante tener buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas relevantes en su vida. Aceptar y buscar ayuda del resto fortalece la resiliencia. Para llevar a cabo este punto puede ser de gran ayuda entrenar las Habilidades Sociales y las Habilidades de Comunicación.
  • Generar pensamientos realistas. En ocasiones las personas podemos tener pensamientos automáticos que tienden a dramatizar o que no se ajustan a la realidad que vivimos. Estos pensamientos pueden hacer que nos sintamos mal y nos ponen barreras en el camino. Por ello se pueden entrenar técnicas cognitivas con el objetivo de que estos pensamientos no provoquen malestar o generar pensamientos más realistas.
  • Aceptar que el cambio es parte de la vida. Aceptar las circunstancias que no se pueden cambiar y enfocarse en las que sí. Trabajar la Aceptación y flexibilidad ante los cambios y los eventos que no podemos cambiar.
  • Practicar Mindfulness. La práctica del Mindfulness nos ayuda a vivir “el aquí y el ahora”, y así no preocuparse por el futuro ni lamentarse por el pasado.
  • Encaminarse hacia metas. Desarrollar objetivos en la vida realistas. Dirigirse a metas a corto plazo que lleven a las metas finales.
  • Tomar decisiones. Practicar la toma de decisiones de pequeñas cosas a diario e ir aumentando las decisiones relevantes.
  • Introspección. Fijarse en uno mismo para conocerse y para comprender las necesidades personales, entre otras cosas.
  • Entrenar para conseguir una Autoestima Saludable, es decir, saber apreciar las propias virtudes e identificar los defectos de cara a tratar de cambiar los que se pueden cambiar y a aceptar los que no.
  • Enfoque positivo. Sin dejar de ser realista, tratar de, por ejemplo, fijarse en las cosas buenas que ocurren y ver el lado positivo.
  • Prestar atención a las necesidades personales, cuidarlas, realizar actividades agradables y relajantes. Practicar ejercicio físico y llevar una alimentación saludable.
  • Regulación Emocional. Aprender a conocer las emociones, saber identificarlas, ser consciente de ellas, y saber qué hacer con ellas y cómo manejarlas.
  • Solución de Problemas. Entrenar en identificar los problemas, ver si se pueden solucionar y cómo hacerlo.
  • Asertividad. Entrenar para saber expresar deseos, opiniones, pensamientos y emociones sin dejarse pisotear y teniendo en cuenta los derechos y libertades de los demás.
  • Ocio y tiempo libre. Fomentar el ocio, el tiempo libre, y momentos de desconexión. Tomar un respiro, desconectar para no sobrecargarse.
  • Evitar las quejas. Solo sirven para desahogarse y engancharse a la situación problema con un enfoque negativo, no llevan a la solución del problema o a su aceptación si es irresoluble.
  • Enfocarse en el área de influencia en vez de en el área de preocupación. Para ello se pueden entrenar técnicas cognitivas.
  • Practicar la paciencia, la tolerancia al malestar, a la incertidumbre y a la frustración.

Por otra parte, para educar niños resilientes lo que se aconseja es aportar seguridad, confianza y protección. Sin embargo, no se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse.

Habrá gente con más facilidad que otra pero todo el mundo puede ser resiliente. Para ello se ha de tomar la decisión de querer trabajarlo e ir a por ello. Aunque no se sepa cómo hacerlo, mediante la terapia psicológica se pueden entrenar y aprender todas las técnicas y conceptos que nos ayudan a ser más resilientes.

 

 

Publicaciones Relacionadas