¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

El TOC es un trastorno de la ansiedad que consiste en obsesiones y compulsiones.

  • Las obsesiones son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos intrusivos no deseados y que producen preocupación, culpa, o vergüenza.
  • Las compulsiones, también denominadas como rituales, son conductas que el niño siente que debe realizar repetidamente para aminorar los sentimientos molestos o prevenir que algo malo ocurra. Para un diagnóstico adecuado de TOC, estos comportamientos deben ocupar tiempo e interferir con la actividad diaria del niño.

 

¿Qué clase de obsesiones se dan en los niños y adolescentes?

Los niños pueden preocuparse por los gérmenes, ponerse enfermos, la muerte, que ocurran cosas malas o hagan algo mal. La sensación de que las cosas deben estar “perfectas” son comunes entre los niños. Algunos niños tienen ideas perturbadoras o se imaginan haciendo daño a los demás, pensamientos impropios de su edad o de tipo sexual.

 

¿Qué clases de compulsiones o rituales se dan en los niños y adolescentes?

Existen muchos rituales diferentes como el lavado y el aseo, la repetición acciones hasta la perfección, volver a empezarlas, hacer las cosas exactamente igual, borrar, rescribir, formular la misma pregunta continuamente, confesarse o disculparse, decir palabras o números al azar, revisar, tocar, pulsar, contar, rezar, ordenar, arreglar, y acumular objetos.

 

¿Es diferente el TOC de los niños y adolescentes al de los adultos?

Los niños pueden experimentar algunas de las mismas obsesiones y compulsiones que los adultos. Un tercio de los adultos con TOC desarrollan los síntomas cuando son niños. A diferencia de los adultos, los niños pueden no reconocer que los síntomas no tienen sentido o que las compulsiones son excesivas. También implican a los familiares en los rituales. Por ejemplo, pueden insistir que todos en la familia laven sus manos de cierta manera, o que los padres revisen sus deberes reiteradamente.

 

¿Cómo afecta el TOC a los niños y adolescentes?

El TOC puede hacer que la vida diaria resulte muy estresante para los niños. Generalmente, los rituales requieren mucho tiempo, y los niños pueden llegar tarde a la escuela o a sus actividades. Esto genera tensión o discusiones en la familia. Los niños no son capaces de disfrutar el tiempo con sus amigos o divertirse cuando el TOC ocupa su tiempo libre. En la escuela, las obsesiones y los rituales tales como revisar, borrar y rehacer tareas afecta a la atención y a la concentración, al cumplimiento de las tareas y a la asistencia escolar. Los niños más mayores y los adolescentes pueden creer que están “locos” y trabajen duro para esconder el TOC a los demás. Sobrellevar el día a día con el TOC puede ser agotador. Los niños diagnosticados de TOC tienen, generalmente, rituales a la hora de acostarse que sienten que deben realizar. Por lo tanto, se acuestan tarde y están cansados durante el día. Todo este estrés los pone tristes, irritados o explosivos.

 

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