El 19 de marzo celebramos el día del padre. Cuando recordamos nuestra infancia, solemos hacerlo con añoranza y nostalgia, ya que recordamos a nuestros amigos, el colegio, el barrio… pero sobre todo a nuestros padres y abuelos.

El rol del padre dentro de la unidad familiar ha ido cambiando en los últimos años. Cada vez encontramos padres más implicados en las tareas domésticas, y más comprometidos en la crianza y el cuidado de los hijos. Las parejas implicadas en las labores domésticas actúan como modelos de igualdad y responsabilidad para sus hijos y contribuyen a potenciar el desarrollo psicológico; y a su vez supone un mejor desarrollo intelectual y socio-emocional de los niños. Si esta implicación se mantiene desde el principio, facilitará unas buenas relaciones con sus hijos en la adolescencia.

Los padres, aparte de protección y cuidado, también se interesan cada vez más por cuáles son las necesidades específicas de cada uno de ellos miembros de su familia e intenta satisfacerlas. Aunque se debe promover el esfuerzo y la constancia para conseguir las metas que los hijos se propongan, también es necesario empatizar con ellos en situaciones en que se vea que flaquean o sientan limitados.

Un hijo percibe cuándo su padre se preocupa por él, intenta buscar espacios para hablar con él, intenta comprenderle, entretenerse juntos… y esto hace que el vínculo afectivo y emocional sea más fuerte. Al haber esta sintonía entre ellos, ayudará se constituya esta figura de apoyo y un referente ante las dificultades.

¡Feliz día a todos los padres!

 

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